En otra entrada hablé de las ventajas y desventajas de las memorias de traducción. Hoy voy a explicar cómo utilizarlas. Este va a ser un primer contacto teórico. Los pasos más importantes en cualquier plataforma de MT son los siguientes:
1. 1. Selección de idiomas de trabajo. No hay que olvidarse de las problemáticas que pueden causar ciertos idiomas específicos, así que es recomendable configurar los parámetros de antemano (por ejemplo, recordemos que la ‘ñ’ no es reconocida por todos los sistemas).
2. 2. Gestión de archivos, es decir, los sistemas que se utilizan para organizar esos archivos. Suelen ser: *.dvmdb, *.dvmdx y habrá tantos *.XX.dvmdi como idiomas especificados, siendo XX el código ISO de dos letras de un idioma concreto.
3. 3. Configuración del usuario que crea los datos y la memoria. La información se va almacenando por unidad de texto. Hay que codificar cuál es el ámbito que se va a utilizar (fecha, cliente, etc.), puesto que más adelante será de utilidad para extraer parte de información.
4. Coincidencias parciales, (también llamadas fuzzy matching). Equivalen al grado de similitud entre el texto que se va a traducir y lo que ya está almacenado en la memoria. En herramientas-opciones, te permite adaptar el funcionamiento de la memoria a tus necesidades. Es recomendable poner un porcentaje intermedio, ni muy alto ni muy bajo. Cuando hay muchos segmentos similares, nos lo presentan por orden de similitud más cercana. En otra entrada más práctica enseñaré más recursos.
5. 5. Importar un archivo externo. El formato estándar para la importación, exportación e intercambio de información por parte de cualquier sistema de gestión de una MT es el Translation Memory eXchange (TMX), sirve para alimentar la memoria. Una traducción nunca tendrá el formato TMX puesto que éste ya está traducido. Si queremos fusionar otros datos correspondientes a otra TMX, tenemos que acceder a su configuración (encontrada usando programas de editores de texto) y seleccionar solamente el contenido de las TU (translation units) necesarias, obviando las cabeceras y otras etiquetas.
6. 6. Alimentar la MT. La memoria va a ir almacenando todo lo que se vaya traduciendo, pero también se puede adjuntar una memoria que sirva de consulta, aunque sin escribir en ella y teniendo siempre en cuenta la primera. Además podemos crear una base terminológica. Para trabajar propiamente con la MT, hay que abrir el explorador de proyectos y seleccionar nuestro archivo. En verde aparece el número de palabras de los archivos y marca el porcentaje de textos que vayamos traduciendo. Este es el entorno de trabajo.
7. 7. Exportar una MT. Se puede exportar una MT, o partes de ella para guardarla en formatos compactos que permitan compartirla más adelante.
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